lunes, 3 de enero de 2011

Ratatouille

Ratatouille (10)

  • Director y año: Brad Bird y Jan Pinkava, 2007
  • Lo mejor: Aunque es para mi muy difícil elegir una sola escena, escogería la tan mencionada de Anton Ego rememorando su infancia al degustar la delicia culinaria preparada por nuestro amigo roedor.
  • Lo peor: Que sea tan cortísima, no me hubiera importado un par de horas más de metraje.

Vista por primera vez el 1 de Diciembre de 2007.

El ritmo hasta que nuestra rata queda atrapada en el bote de Linguini es de infarto.

Pixar lo cuida todo, para empezar Remy no es una rata de alcantarilla, es una rata de campo, parece tonto, pero así es más fácil identificarse con ella.

Además nos queda clarísimo desde el mismo inicio que el mensaje de la película es el de Auguste Gusteau, es decir, cualquiera puede cocinar (o cantar, o bailar, o vivir), cualquiera puede hacer cualquier cosa, un mensaje gastado que podríamos decir, porque ya se ha usado millones de veces en el cine, pero desde los inicios del cine lo importante no es tanto el mensaje como la forma en que nos lo cuentan.

Aprovechan los de Pixar para mostrarnos un París de lo más romántico, colorido y grandioso que se haya rodado o animado nunca. Con una banda sonora que la enmarca a la perfección, hasta el punto de que ya no puedes imaginarla con ninguna otra música.

Para rematar la jugada a través del personaje de Ego hacen una cariñosa crítica a los críticos. Este personaje se convierte casi en el protagonista, es esencial, es el malo al que odiaremos y acabaremos amando, porque un ejecutor se convierte en un salvador, y lo hace redimiéndose previamente con una crítica que es poesía, una declaración de intenciones.

Y el final es encantador, pero no encantador en la acepción de aceptación por bonito, sino que es justamente lo que queríamos, hasta tal punto que ya no puede haber otro final mejor, consiguiendo lo que conseguían tan fácilmente en el cine clásico y que tan difícil es conseguir en el cine actual de una forma creíble o aceptable, un final feliz.

La nota que no me atreví a darle en la primera ocasión por tratar de ser comedido, se la doy ahora, pasa de un 9,5 a un 10.