sábado, 20 de septiembre de 2008

El tren de las 3:10

El tren de las 3:10 (7,75)

  • Director y año: Delmer Daves, 1957
  • Lo mejor: Glenn Ford y en especial Van Heflin. Toda la escena de la habitación del hotel.
  • Lo peor: El final no resulta muy creíble y resulta muy sencillo como consigue su objetivo.


El tren de las 3:10 (8)
  • Director y año: James Mangold, 2007
  • Lo mejor: Siendos todos ellos de lo mejor de la peli, de peor a mejor, Christian Bale, Ben Foster y Russell Crowe (genial, cae bien). La finalísima escena de Russel Crowe.
  • Lo peor: El abuso de primerísimos planos. Al igual que su predecesora del 57, el final no resulta muy creíble.

Me ha resultado muy curioso ver estas dos películas el mismo día, y la sensación que perdura es de un gran disfrute. Buen cine.
Bueno, al grano, como me ha gustado la experiencia quiero hacer una definición más detallada de ambas películas, y se me ocurre hacerla por el método de la comparación, una comparación que me resulta en este caso muy definitoria, porque partiendo de una misma idea salen dos películas diferentes e indicativas del cine de su época.

La primera gran diferencia para mi está en la interpretación del personaje de Dan Evans, donde gana claramente Van Hefling, y esto es debido al guión que trata mucho mejor su personaje en la antigua que en la versión moderna. Para compensarlo y por los mismos motivos, Rusell Crowe gana la partida a Glenn Ford y su papel en la nueva versión acentúa su carisma. El punto ganador caería en este caso para la versión moderna por un sencillo motivo, la inclusión de otro personaje fuerte y bien interpretado, el de Ben Foster como Charlie Prince, un personaje muy interesante, con claras connotaciones homosexuales.

El ritmo es otra gran diferencia, ya que a pesar de que las dos películas tienen un ritmo vivo, la antigua tiene un ritmo más pausado a mitad de película para dar esa sensación agobiante tan lograda. La nueva tiene más acción y esto le hace tener un ritmo más frenético y desorganizado, pero cuenta con unos añadidos que la antigua no tiene, el ferrocarril y los indios, que hace que tenga cierta lógica el aumento de metraje en media hora con respecto a la antigua. En este caso me quedo con la antigua que me parece más elegante.

Para terminar con lo que me parecen son las grandes diferencias, hablaremos de las relaciones que motivan a Dan Evans, que a pesar de ser prácticamente las mismas, en la original gana mayor relevancia la mujer, mientras que en el remake es su hijo. Vuelvo a lo mismo, la resolución de la antigua que opta por la mujer me parece más elegante y sobria, mientras que la moderna al optar por el hijo nos regala alguna escena realmente buena (y una evolución del personaje muy interesante, aunque manida) pero también tenemos que soportar alguna escena pelín vergonzosa. Aquí no sé decidirme y opto por el empate.

En todo caso se nota que Mangold ha visto la dirigida por Daves, y repite muchos diálogos y situaciones, pero (ahora si que vamos al meollo del asunto) también entiende que los tiempos han cambiado, así que elimina y añade algunas cosas, por ejemplo el personaje gracioso de la primera no tiene cabida en su película, con lo cual se gana un tono más serio; las escenas violentas ganan en crueldad, así le da más de lo que le gusta al público (a mi me da un poco igual, pero si es cierto por lo que se ve últimamente en las carteleras que el público busca la crueldad).

La película original pecaba de inocencia, el remake de algo que todavía no hemos tocado, peca de evidente, y no me refiero sólo a que nos imaginemos lo que va a ocurrir en la próxima escena (que también), sino a que el director tira de diálogo para dejar claro el porqué ocurre algo, cuando en la original se bastaban con un gesto o una mirada.

Bueno, dejándonos de empates, ganancias y pérdidas, para mi ambas películas están al mismo nivel, pero la primera es más sencilla mientras que la segunda es más oscura, Heflin hace un trabajo proverbial pero Crowe es el mejor de las dos películas, una inocente, la otra evidente, una escena agobiante y perfecta a mitad de película en la primera (la escena del reloj es claramente superior en la de Daves), una escena final increíble de Crowe en la segunda (esta hace que haya más realismo en esta que en la anterior). Merece la pena verlas ambas.

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